miércoles, 24 de noviembre de 2010

La Salsa, un arte improvisado

Un recorrido por la Historia, denominación y técnica de este popular baile. Son muchos los artistas que han contribuido a su expansión, como la mundialmente conocida Celia Cruz. En la actualidad, son las academias y locales repartidos por toda la geografía los que contribuyen a este hecho. Sevilla, en concreto, se ha convertido en la cuna de la Salsa en Andalucía.

Muchos locales dedican una noche exclusiva a este estilo musical para que todos los amantes de este baile disfruten de sus pasos, su ritmo y su sensualidad. A pesar de tener muchos seguidores, no todos conocen sus orígenes.

La Salsa es un género y una cultura gestada en países latinos, principalmente Cuba y Puerto Rico, pero con cuna indiscutible en Nueva York. La Salsa debe ser abordada como todo un fenómeno cultural, étnico y  popular, pues la Salsa nace en barrios marginales, donde abunda la pobreza.

Foto: Propia
Musicalmente hablando, fue propulsada por influencias musicales de varios estilos nativos antillanos, como la guaracha, la bomba, el guaguancó, el mambo, el chachachá, y el son montuno o la música Jibara, indistinguibles para la mayoría de la gente. Hay quien no duda en afirmar que la Salsa es un género musical surgido en Nueva York que se empieza a gestar en los años 60 y vive su momento culminante en la década siguiente.

A partir de los años setenta, la Salsa se expandió desde Nueva York a Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú, República Dominicana, México, y otros países latinos. Músicos y cantantes como Tito Puente y Celia Cruz solidificaron sus nombres no sólo en hogares latinos estadounidense sino sobre todo en el Caribe. Durante esta década se produjeron muchas innovaciones musicales entre músicos salseros.

Diez años después, nació la llamada “Salsa romántica”, que se caracteriza por las melodías lentas y las letras con corte de amor, de sueños y placeres, cuyo máximo exponente es Louie Ramírez y su grupo Noches Calientes. A partir de entonces La Salsa registró un crecimiento regular hasta llegar a nuestros dias, donde se ha expandido por todos los paises, incluido España.

En lo que respecta a la denominación de este baile, existe una cierta reivindicación cubana. Se basa en que el cubano Ignacio Piñeiro interpretaba en 1933 una canción, Échale Salsita, que, además de introducir la trompeta por vez primera en el son, sirvió para que ese culinario elemento se colara, un poco de rondón, en la música bailable caribeña. No hay una continuidad entre esa aparición inicial y la utilización de la palabra Salsa como denominación de un determinado género.


Foto: Propia
Son muchos los que afirman, en su mayoría latinoamericanos, que se trata de un arte innato, improvisado, muy difícil de aprender. Sin embargo, muchos se atreven a ello y acuden a clases donde se aprenden todas las claves para poder ponerlo en práctica. Estas clases se desarrollan en grupo, en torno a un profesor que enseña minuciosamente cada paso.

Así, cuando el maestro alza su voz con palabras como: “síguela”, “vamos arriba”, “vamos abajo”, “a pasear”, “entrega”, “suéltala y dame tres”, “enchufla” o “vacilala”, entre otros, los alumnos reconocerán a qué pasos se refieren, y los desarrollarán con estilo propio.

Posteriormente éstos muestran su aprendizaje en la llamada Rueda de Casino, círculo en el cual uno actúa como voz y va dando órdenes con vueltas y cambios de pareja que hacen este subgénero divertido y participativo.

Tanto en España como en otros países, en especial, Latinoamérica, son millones las personas que dedican su vida a este baile. Ya sea como profesor o como bailarines profesionales, la Salsa se ha convertido en una danza que levanta pasiones. Cada año se celebran numerosos eventos relacionando con este tema. El más destacado es el Mayan World Salsa donde se decide la pareja que mejor domina la técnica salsera. El pasado año el concurso tuvo su sede en la isla de Gran Canarias. Todos los participantes lucharon por vencer a sus rivales y arrebatar el trono a la pareja ganadora, los ya famosísimos Adrián y Anita.

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